• 6 – Navidad en verano, no es Navidad

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    Pasé mi primera Navidad en Buenos Aires.

    Navidad en verano, no es Navidad. Especialmente si un arbolito con guirnaldas y algodón para imitar nieve, se acerca a la ventana abierta por donde entra un calor de horno. Es verano, ¡ pues no hay necesidad de estar de fiesta el 25 de diciembre ! ¡ Fiestas se pueden hacen cualquier día, en verano ! En cambio, en julio-agosto, el invierno es largo. Nada viene interrumpirlo, ninguna pausa para encontrarse, darse panzadas bien calentitos. Eso, falta.

    A la noche del 31 de diciembre, escuché los barcos del puerto tocando sirena juntos. Tan cercanos. El único signo que Buenos Aires es un puerto. Una lástima que no se vea, el puerto. Entonces estaba sobre el balcón, husmeando estas señales de altamar. Me llamaron desde adentro, dí vuelta la cabeza y no vi la planta carnosa a la altura de mi mejilla. La punta de la hoja filosa se plantó en mi pómulo. El humo de los motores déjà un velo de hollín por todas partes. Esta punta de hoja me hizo entrar el hollín bajo la piel. Un tatuage. Todavía lo tengo. El hollín de Buenos Aires bajo la piel.

     

     Ella era una chica plástica de esas que veo por ahí
    De esas que cuando se agitan sudan chanel number three
    Que sueñan casarse con un doctor
    Pues él puede mantenerlas mejor
    No le hablan a nadie si no es su igual
    A menos que sea fulano de tal
    Son lindas delgadas de buen vestir
    De mirada esquiva y falso reír

     

    El era un muchacho plástico de esos que veo por ahí
    Con la peinilla en la mano y cara de yo no fui
    De los que por tema en conversacion
    Discuten que marca de carro es mejor
    De los que prefieren el no comer
    Por las apariencias que hay que tener
    Pa andar elegantes y así poder una chica plástica recoger

    Qué fallo

    Era una pareja plástica de esas que veo por ahí
    Él pensando sol en dinero
    Ella en la moda en Paris
    Aparentando lo que no son
    Viviendo en un mundo de pura ilusión
    Diciendo a su hijo de cinco años
    No juegues con niños de color extraño
    Ahogados en deudas para mantener
    Su status social en boda o coctel

    Qué fallo

    Era una ciudad de plástico de esas que no quiero ver
    De edificios cancerosos y un corazón de oropel
    Donde en vez de un sol amanece un dólar
    Donde nadie ríe donde nadie llora
    Con gente de rostros de poliéster
    Que escuchan sin oír y miran sin ver
    Gente que vendió por comodidad
    Su razón de ser y su libertad

     

    Oye latino oye hermano oye amigo
    Nunca vendas tu destino por el oro ni la comodidad
    Nunca descanses pues nos falta andar bastante
    Vamos todos adelante para juntos terminar
    Con la ignorancia que nos trae sugestionados
    Con modelos importados que no son la solución

    No te dejes confundir
    Busca el fondo y su razón
    Recuerda: se ven las caras
    Pero nunca el corazón

    Recuerda: Se ven las caras
    Y jamás el corazón

    Se ven las caras, se ven las caras, vaya,
    Pero nunca el corazón
    Del polvo venimos todos
    Y allí regresaremos, como dice la canción
    Recuerda que el plástico se derrite
    Si le da de lleno el sol

    Estudia, trabaja, sé gente primero
    Alli está la salvación
    Pero que mira, mira, no te dejes confundir
    Busca el fondo y su razón
    Padelante, Padelante, Padelante, Padelante, Padelante
    Y así seguiremos unidos, y al final venceremos
    [Se ven las caras...]

    Pero señoras y señores, en medio del plástico
    También se ven las caras de esperanza
    Se ven las caras orgullosas
    Que trabajan por una Latinoamerica unida
    Y por un mañana de esperanza y de libertad
    Se ven las caras de trabajo e de sudor
    De gente de carne y hueso que no se vendió
    De gente trabajando, buscando el nuevo camino
    Orgullosa de su heréncia y de ser latino
    De una raza unida, la que Bolívar soñó.

    ¡Siembra!

    ¡Panamá ! Presente !

    ¡Puerto Rico ! Presente !

    ¡Méjico !

    ¡Venezuela !

    ¡Perú !

    ¡Républica Dominicana !

    ¡Cuba !

    ¡Costa Rica !

    ¡Colombia !

    ¡Honduras !

    ¡Ecuador !

    ¡Bolivia !

    ¡Argentina !

    ¡El barrio !

    ¡La esquina !

     

     

    Elle c'était une fille plastique de celles qu'on voit par là
    De celles qui, quand elles s'essoufflent, transpirent du Channel Number Three
    Qui rêvent de se marier avec un docteur
    Parce qu'il peut mieux les entretenir
    Elles ne parlent à personne qui ne soit pas de leur milieu
    Sauf si c'est Monsieur de Machin
    Elles sont jolies, minces, bien habillées
    Le regard fuyant et le rire factice

    Lui c'était un garçon plastique de ceux qu'on voit par là
    Le peigne à la main et mine de ne pas y toucher
    De ceux qui pour toute conversation
    Discutent quelle marque de voiture est la meilleure
    De ceux qui préfèrent ne pas manger
    A cause des apparences qu'il faut garder
    Pour être élégant et pouvoir ainsi attirer une fille plastique

    Qu'est-ce qui n'a pas marché

    C'était un couple plastique de ceux qu'on voit par là
    Lui ne pensant qu'à l'argent
    Elle à la mode à Paris
    Jouant à ce qu'ils ne sont pas
    Vivant dans un monde de pure illusion
    Disant à leur fils de cinq ans
    Ne joue pas avec des enfants de couleur étrange
    Etranglés de dettes pour entretenir
    Leur statut social aux mariages ou aux cocktails

    Qu'est-ce qui n'a pas marché

    C'était une ville de plastique, de celles que je ne veux pas voir
    De constructions cancéreuses et un coeur de clinquant
    Où à la place du soleil à l'aube se lève un dollar
    Où personne ne rit ni personne ne pleure
    Avec des gens à la figure en polyester
    Qui écoutent sans entendre et regardent sans voir
    Des gens qui ont vendu par commodité
    Leur raison d'être et leur liberté

    Ecoute, latino, écoute, mon frère, écoute, mon ami
    Ne vends jamais ton destin pour de l'or ou de la commodité
    Ne te repose jamais, car il nous reste pas mal à parcourir
    Allons tous de l'avant pour ensemble venir à bout
    De l'ignorance qui nous suggestionne
    Des modèles importés, qui ne sont pas la solution

    Ne te laisse pas tromper
    Cherche le fond et sa raison
    Rappelle-toi : on voit les visages
    Mais jamais le coeur

    Rappelle-toi : on voit les visages
    Et jamais le coeur

    On voit les visages, on voit les visages, allez
    Mais jamais le coeur
    Nous venons tous de la poussière
    Et nous y retournerons, comme dit la chanson
    Rappelle-toi que le plastique fond
    Si on le met en plein soleil

    Etudie, travaille, et soit d'abord quelqu'un
    Voilà le salut
    Mais regarde, regarde, ne te laisse pas tromper
    Cherche le fond et sa raison
    En avant, en avant, en avant, en avant
    Ainsi nous continuerons unis et à la fin nous vaincrons
    [On voit les visages...]

    Mais mesdames et messieurs, au milieu du plastique
    On voit aussi des visages d'espoir
    On voit des visages fiers
    Qui travaillent pour une Amérique Latine unie
    Et pour des lendemains d'espoir et de liberté
    On voit des visages de travail et de sueur
    De gens de chair et d'os qui ne se sont pas vendus
    De gens qui travaillent et cherchent le nouveau chemin
    Fiers de leur héritage et d'être latinos
    D'une race unie, celle dont Bolivar a rêvé.

    Siembra! (impératif signifiant "Sème !" C'est le nom du groupe)

    Panama ! Présent !

    Puerto Rico ! Présent !

    Mexique !

    Vénézuela !

    Perú !

    République Dominicaine !

    Cuba !

    Costa Rica !

    Colombie !

    Honduras !

    Equateur !

    Bolivie !

    Argentine !

    Le quartier !

    Le coin de la rue !

     

     

    En nuestra empresa Flotrépol, había un señor mayor, Argentino, a quien llamaban « el ingeniero Waldon » siguiendo la costumbre del país de llamar a la gente por el título de su diploma. « El ingeniero Waldon » tenía un despacho sólo para él, donde no hacía prácticamente nada de todo el día. Después del almuerzo, dormía en su despacho. María del Pilar y yo pasábamos en el pasillo en puntas de pies, muertas de risa. Hubiéramos podido tocar bombo, ni la radio VHF que bramaba en el armario lo despertaba. Después de mucho pensar en el asunto, entendí porqué la compañía empleaba a este señor : porque conocía a fondo los mecanismos de YPF, la compagñía petrolera argentina, y también los del Ministerio. En realidad, más que él, era su libreta de direcciones que la compañía empleaba.

     

    La empresa no se preocupaba con trámites complicados. Por una parte, toda la herramienta petrolera entraba al cero de derechos aduaneros. Pero valía mucha plata. Y la sucursal argentina compraba este material a la casa matriz en Francia. Así lo podía deducir de los impuestos. Esto era de lo que Mabel y yo estábamos encargadas : importaciones, aduana, despachante. Un día, la empresa comitió un error e hizo entrar material que debía pagar un monto enorme de derechos aduaneros. El jefe se negó a pagar. Con la ayuda del despachante, el Sr Marmendia, hicimos mandar las piezas de vuelta a Francia. Se encontraban en el aeropuerto internacional de Ezeiza. Sólo que cuidaron bien de mandarlas a Francia con un vuelo pasando por Montevideo, en Uruguay, del otro lado del Río de la Plata. Los vuelos a Montevideo no salían de Ezeiza, sino de Aeroparque, el aeropuerto de la líneas interiores de Buenos Aires. Un poco como Orly y Roissy antes, cada uno su especialidad. Entonces el material fue cargado en una camioneta, y tomó la ruta hacia Aeroparque, custodiado por un empleado de Flotrépol y un aduanero. Una buena coima bastó para que haga la vista gorda el aduanero. Nuestro empleado abrió las cajas, sacó el material, y lo reemplazó por chatarra. Fue ésta que salió debidamente del país, como corrrrrrresponde, a Paris via Montevideo.

     

    Había otro señor que venía a ver a Mabel de vez en cuando. Se sentaba y daba noticias misteriosas de gente, números de formularios, cosas a las cuales no entendía nada. Mabel me explicó que cobraba una platita cada mes, para dar noticias de lo que pasaba en YPF.

    YPF : Yacimientos Petrolíferos Fiscales, todavía era monopolio del Estado. Era el único cliente de mi compañía en Argentina, que exploraba nuevos recursos de petróleo y gas. Había un potencial grande. La empresa tenía bases en todo el país, al norte como al sur, y perforaban como locos en tierra como costa afuera. Años después, el Estado argentino privatizó todo lo que era rentable, YPF, la compañía de teléfonos, Aerolíneas Argentinas, y demás. Obedeció a los dictámenes del Fondo Monetario Internacional, que a cada nuevo préstamo exigía nuevas privatizaciones y reducciónes del Estado.

    Un chiste circulaba : El general Videla, jefe de la Nación, está esperando al director del FMI en Ezeiza. De pronto se pone a llover como llueve en Buenos Aires, a baldazos. La pista se transforma en un charco gigantesco. Su edecán le dice : « Señor Presidente, levántese los pantalos, hay que conservarlos secos hasta que el director del FMI baje del avión. » El Señor Presidente así hace. El avión aterriza. La escalera se pone en posición, la puerta del avión se abre, y el edecán le dice : « Señor Presidente, ahora bájese los pantalones. » Y Videla : « ¿ Tanto le debemos ? »

     

    Un día me dieron un despacho para mí solita, que daba sobre la recepción donde María del Pilar y yo podíamos vernos y hablar. Una tarde, ella tenía trabajo hasta las orejas, un llamado telefónico a hacer para el patrón al otro lado del país, los bordereaux del correo para llenar, y yo nada que hacer en mi despacho. Le pedí un café, en chiste. En lugar de mandarme al cuerno, fue a buscarme uno.

     – ¿ Azucar ? preguntó.

    – Una cuchara. » (En Argentina el azucar no viene en terrones, sino en polvo.)

    Hechó una cuchara de azucar en la taza.

    « – ¡ Revolvé ! » ¡ Y revolvió ! No conseguía hacerla enojar. Tomé mi café y fui a su despacho a gastarme el dedo sobre el cuadrante del teléfono mientras ella preparaba su correo.

     Chapitre 6 - Noël en été, c'est pas Noël

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

    Le presenté un Francés que había venido en las mismas condiciones que yo. Se llamaba Jean-Marc y era técnico en ascensores. Excelente guitarrista, además. Amor recíproco a primera vista. No se separaron más. A su novio anterior lo mandó al diablo. Se fue de la casa de sus padres para ir a vivir con Jean Marc, y a sus padres les dijo que venía a vivir en mi casa. Me visitó de la madre del ex novio, quien vino a acusarme de secuestrar a María del Pilar. Le tuve que abrir todos los placares del departamento para que se convenza del contrario. El pobre tipo, años después, se mató con su nueva novia en un accidente de auto. Hubiera podido ser María del Pilar a su lado, en el auto.

    A menudo iba a visitarles, a su departamento de la avenida Juan B. Justo. Siempre volvía tarde a casa. Por suerte, de noche los colectivos circulan tarde en Buenos Aires.

     

    La noche, justamente. Me acuerdo de un asunto que me ocupó mucho tiempo, como una enigma : la luna.

    Cuando la ví por la primera vez, desde mi balcón del 9o piso, la luna estaba menguante. Su forma dibujaba una « d » minúscula, como la palabra francesa « dernière » (última). Todo el mundo sabe que si forma una « p », como « primera », es creciente. Pero no. Los días siguientes, ¡ mi luna menguante crecía ! Y terminó en una magnífica luna llena. Luego disminuyó con una forma de « p ». Fue LA vez cuando mi concepción del universo se encontró patas arriba : hubiera visto el sol levantarse al oeste, no hubiese sido peor. ¿ Cómo era posible ? Me trituraba los sesos, me dormía pensando en esto a la noche. Y no encontraba explicación. Comentaba a los Argentinos : «  – ¿ Sabés que acá la luna está al revés ? » Quien nunca estuvo en el otro hemisferion no lo puede saber. Los Argentinos me miraban con lástima, dándome palmaditas en el hombro : « – Francesa, estás cansada, tenés que relajarte... »

    Fue Albert, el Catalán de Lleida, con su sólido sentido común de Catalán burro, quien encendió por fin el faro de la razón : « – La luna, siempre está igual. » Gracias, eso sabía. « – Pero sos vos que estás al revés. La ves por debajo, la cabeza abajo y los pies arriba. » Aaaah ! Con su manera franca y directa, nunca ningun embrollo, Albert me liberó de intensas y estériles reflexiones. Sin él, creo todavía estaría buscando.

     

    Entonces una noche, saliendo de lo de Jean Marc y María del Pilar, decidí caminar un poco en vez de tomar el colectivo enseguida. La avenida Juan B Justa era de doble mano, dos carriles y dos carriles, separados por un cordón de cemento en le medio. La vereda que bordaba una estación de servicio tenía lentejuelas en el asfalto, producía un efecto muy glamour el caminar encima.

    Marilyn Monroe terminaba de cruzar el piso de estrellas, cuando, a metros de distancia, ví un auto estacionado contra la vereda. La puerta trasera abierta, tres tipos charlaban al lado, sobre la vereda. Dirán lo que quieran de la intuición femenina, tontería o no, no es el asunto. Pensé que parecían esperar que llegue para echarme por la fuerza dentro del auto. Torcí mi trayectoria, cruzé la avenida, y continué sobre la vereda de en frente. El auto arrancó, fue hasta el semáforo, y dobló haciendo una U para volver hacia mí. La intuición femenina, hé... Cruzé de vuelta la avenida y continué sobre la vereda del principio. De nuevo el auto dobló en U para llegar adonde estaba. Por causa del tráfico, yo a pie iba más rápido que ellos en auto. Cruzé varias veces, ellos dieron otras tantas media vueltas. Terminé caminando sobre el cordón del medio de la avenida, para señalarles que había adivinado sus maniobras. Podíamos continuar así hasta el juicio final. Terminaron por abandonar y se fueron, ellos y su maldito coche. Continué a pie, buscando la próxima parada de colectivo.

     

    Fue entonces que llegó un joven porteño, que empezó a hacerme el verso, caminando a mi lado : el sencillo y clásico verso del pibe que pone todo el alma. En tiempo normal, me hubiera divertido a lo mejor, molestado a lo peor. En todo caso, el hubiera perdido su tiempo y sus palabras, por cierto.

     

    Pero aquella noche, decidí festejar mi libertad.

     

     

    Música : "Plástico" de Ruben Blades (Panameño, vive en Estados-Unidos) y su grupo Siembra

     

     

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